Querida Hannah. Hoy también te voy a proponer otro experimento. Para ello es imprescindible que tengas a mano unos buenos auriculares. Ya sabes que no todos son iguales. Que hay algunos con los que se escucha bastante mal. O por lo menos, deficientemente. Tampoco es que tengas que recurrir a unos auriculares profesionales. Podrías conformarte con unos que son muy pequeñitos pero con los que se escucha fantásticamente bien. En todo caso, asegúrate bien en ese aspecto porque es fundamental para comprender lo que quiero decirte.
El experimento en sí es mucho más sencillo que el que te propuse en la carta nº 26. En primer lugar, me gustaría que escucharas SIN AURICULARES este pequeño fragmento musical que aparece a continuación. Es posible que te puedas asustar un poco. La verdad es que es una música un poco “rara” pero tampoco quiero que te dejes llevar por las apariencias. Es un fragmento muy cortito (apenas dura 3 minutos) y está interpretado, nada más y nada menos que por la Orquesta Filarmónica de Berlín. Así que, no desaproveches esta ocasión inigualable. Cuando lo hayas escuchado, vuelve a escucharlo una segunda vez. Pero esta vez, escúchalo CON AURICULARES. Recuerda: la primera vez SIN y la segunda vez CON. Aquí tienes el fragmento:
¿Qué te ha parecido? Una música muy extraña, ¿verdad? Pero te has dado cuenta que la segunda vez se escuchaba bastante mejor todos los detalles de la obra. Casi como si estuviéramos en la misma sala de concierto. En realidad, este experimento podríamos hacerlo con todo tipo de música. Y no es necesario ningún aparato especial para darse cuenta de lo que te acabo de decir. Enchufa los mismos auriculares a tu móvil y verás que ocurre prácticamente lo mismo. Lo que pasa es que hay músicas que, para que las podamos entender mejor y para que nos guste un poco más, es necesario escucharlas convenientemente. Si tuviéramos que escuchar, por ejemplo, a Shakira en el móvil (sin auriculares), no nos perderíamos los elementos esenciales de sus canciones. Y nos seguiría gustando prácticamente igual. Pero si tuviéramos que escuchar Atmosphères, un concierto para fagot o una sinfonía, ocurriría prácticamente todo lo contrario. Sería casi insoportable. Evidentemente, podríamos enchufar los auriculares al móvil. Pero claro, tampoco vamos a estar siempre con ellos en la oreja. Por eso sería conveniente que algunas músicas, si no tuviéramos la oportunidad de escucharlas en directo, las pudiéramos escuchar en equipos sonoros de calidad ya que, de lo contrario, esas músicas no las podríamos disfrutar como realmente se merecen.
Bueno, pues al final de estas líneas, puedes escuchar completa esta obra. Te recomiendo que la escuches primero SIN AURICULARES y luego CON AURICULARES. Verás como cambia tu impresión de la misma. Como ya te he dicho, se llama Atmosphères y es de György Ligeti. Pincha aquí: GYÖRGY LIGETI. Fíjate que hasta el famoso director de cine Stanley Kubrick eligió varios fragmentos de sus obras para algunas de sus películas más importantes. Precisamente, en 2001: Una odisea en el espacio, aparecen fragmentos de 3 de sus obras. Y justamente, la música que suena antes de comenzar la película (también en el intermedio y en algunas escenas de la misma) es el principio de Atmosphéres. Bueno, espero que no te asustes demasiado, jajajajaja. Un abrazo, simpatiquísima.