CARTA Nº 102

Querida Hannah. Pues resulta que ya han ido murmurando por los estrechos pasillos de nuestro peculiar congreso que voy a volver nuevamente a Los Pekes. Y yo sin enterarme todavía de la buena nueva. Habrá sido algún malentendido, como suele suceder en estos casos. Alguien habrá leído el final de esta carta [Carta nº 20 * CH - 20 * Pincha en la columna de la derecha] y habrá sacado sus propias conclusiones, sin contrastarlas previamente.
 
El caso es que el otro día me encontré precisamente con la madre de uno de los componentes de la agrupación y me lo dijo con esas mismas palabras. Y no solo eso. También me dijo que se le hacía un poco raro no verme en ninguna de las actividades y acontecimientos musicales de nuestro pequeño pero ilustre condado. Y que su hijo me echaba de menos y que le haría muchísima ilusión que volviera. Yo por mi parte le aclaré el malentendido, le dije que tenía mis razones para no dejarme ver en ciertos acontecimientos de nuestra variopinta vida musical y tampoco escatimé esfuerzos para decirle un par de cosas acerca de su “maravilloso” hijo. Con toda la amabilidad del mundo, por supuesto.
 
En primer lugar, que más que “preocuparse” por mí, lo que debería hacer es preocuparse un poco más por lo que hace (o deja de hacer) su propio hijo. Que en una de las últimas actuaciones de sus propios compañeros (y no ha sido la única vez; ni el único, por supuesto) no tocó con ellos porque no le dio la real gana. Con la desfachatez de “ver” la actuación, con el cubata en la mano y desde la acera de enfrente (en el sentido literal de la expresión), mientras sus compañeros desfilaban y tocaban delante de sus propias narices... Seguramente estaría muy ocupado preparando la próxima actuación. Pero desde el bar de la esquina.
 
En segundo lugar, fíjese la ilusión que le haría a su hijo que yo volviera, que seguramente no estaría él presente en el local de ensayos cuando eso sucediese. Probablemente celebraría mi vuelta en el mismo bar de antes. O en otro cualquiera. Eso sí, preparando la próxima actuación. Pero la próxima actuación en la que se le ocurriera finalmente aparecer por allí… Ya sea dentro de 6 días o 6 meses. El tiempo es lo de menos. Bueno, probablemente no estuviese allí ni en ningún lugar parecido… Es más probable que ese día se quedase en casa: para estudiar y para preparar el próximo ensayo con sus queridos compañeros… Con ese panorama, fíjese la ilusión que me haría a mí, volver a ver a su querido hijo.
 
Y en tercer lugar, cada vez que su hijo falta al ensayo o a una actuación (de la manera tan descarada como suele hacerlo tan habitualmente) está faltando al respeto a muchas personas [aunque a muchas otras también les traerá sin cuidado] para las cuales la música, además de ser un pasatiempo muy importante, también es una profesión. Una profesión tan digna como la de un Profesor de Matemáticas, de Lengua o de Historia. Solo que aquí no hacen falta profesores de ninguna de esas materias. Ya tenemos a su hijo para impartirlas todas juntas. Seguro que hasta la persona que nombra un tal Osía (o era el que hace de barrendero… de todos modos, podrían ser los dos el mismo personaje) está muchísimo más preparado que él [Con todos mis respetos, un saludo muy cariñoso hacia esa misma persona]
 
Todo esto es, en cierto modo, lo que le dije a la madre. Y alguna que otra cosilla más que prefiero guardarme para mejor ocasión. Pero si quieres hacerte una idea aproximada de lo que suele hacer “en sus ratos libres” (mientras que otros sí se lo toman un poco más en serio) solo tienes que ver el vídeo que tienes al final de estas líneas. Hasta el príncipe Enrique (Harry el sucio, para los amigos) se ha inspirado en él (en el hijo, no en el vídeo) para sus habituales correrías y rocambolescas peripecias. ¡Ah! Y saluda de mi parte al otro Osía (o algo así). Que seguro que también es el mismo de antes. Y dile que por mucho que se esfuerce, el tufo a big brother no se lo quita nadie. Un abrazo, Hannah.
 

CARTA Nº 101

Querida Hannah. “El Gran Hermano te vigila…” Esto no te lo digo por nada en concreto. Bueno, a lo mejor sí. Pero es que al ver el número de esta carta, no he podido dejar de pensar en esta archiconocida habitación [Pincha aquí: HABITACIÓN 101] [Carta nº 14 * CH - 14 * Pincha en la columna de la derecha] Ya sé que tú prefieres otras historias como la de 101 dálmatas [Adivina quién es el perro que lleva este último número] los 101 mejores temas del Pop español, las 101 recetas de cocina más deliciosas de nuestra gastronomía, los 101 lugares más idílicos de nuestro planeta… De las 101 salidas al escenario de Plácido Domingo ya te hablé en otra ocasión [CH - 37] Y ya te contaré más adelante si se produce otro récord histórico parecido cuando vaya a Barcelona con Inshallah [Mª Jose] el próximo 10 - 1 (enero) de 2013 [CH - 97] Pero creo que ahora te interesará bastante más la historia de George Brothell… Perdón, quería decir George Orwell. Y sí, es probable que haya que “mudarse” de foros. Porque en unos nos vigila El Gran Hermano administrador y en otros El Gran Hermano cofrade [Pincha aquí: Folletín informativo] Y sí que sería bueno que algunos hicieran un retiro por el monte, como dice el amigo Cid. Exactamente igual que hace con bastante frecuencia un tal Calaminas (o algo así) [Pincha aquí: CABALLERO AMOR Y SUS CONTINUOS ESCRITOS EN CONTRA DEL FORO] No es de extrañar que un día después de abrir yo mismo este último post, saltara uno y al tercer día (igual que la “famosa” marcha de procesión) lo hiciera el otro. Ya se ve la sensatez, la ocurrencia y la imaginación que tienen algunos: Presumir de valentía (escondido detrás de un nick) para luego no dar la cara [CH - 98]
 
Es curioso el lenguaje empleado por este “valiente” personaje… Recuerda, en cierta manera, a aquellos tiempos en los que, si alguien discrepaba del pensamiento “oficial”, lo censuraban, lo exiliaban o simplemente lo torturaban y lo mataban. Ahora con un retiro en el monte o un “márchese a otro foro y deje de dar la brasa” es suficiente. Es “suficiente” porque no pueden hacer más... Porque si pudieran, seguramente lo harían. Solo hay que ver el comportamiento que tienen algunos cuando aprovechan y disfrutan de una cuota de poder suficiente para hacer lo que se les antoje, aunque estén respaldados legítimamente por una democracia. Utilizando precisamente esa misma democracia para engañar a los ciudadanos de su “patria”. Porque lo que les importa de verdad es la “patria” y no los “ciudadanos” de esa misma patria. Los ciudadanos somos tan solo números (y no te lo digo solo por el DNI) en el entorno de un marco geográfico donde las cuentas, en la mayoría de las ocasiones, casi nunca cuadran. Económicamente hablando. Menudo respeto a la patria... Como dice Pérez Reverte: “Ya no es, por supuesto, aquella Galicia donde el pobre anciano daba su hijo para Cuba y su nieto para Melilla, y luego perdía la mísera choza por no poder pagar los impuestos. Sin embargo, quedan ecos…” [Pincha aquí: GALLEGOS] Más quisiéramos ver a los máximos responsables de la patria (o algo así) apoyando (en todos los sentidos de la palabra) a los desahuciados de sus “chozas” por no poder pagar la hipoteca, de la misma manera que apoyan y se echan la foto con los equipos deportivos (olímpicos o no), por ponerte solo un ejemplo. Y además, con esa misma sonrisa tan peculiar en todos ellos… Así que lo de anti - patriótico, que se lo digan a Goya y a otros ilustres afrancesados, por ponerte también otro ejemplo. O a Snowball [Pincha aquí: REBELIÓN EN LA GRANJA] Así que, no lo dudes: “El Gran Hermano te vigila…” [Pincha aquí: 1984 - Acto I y II] Y si quieres saber lo que hay en la habitación 101, puedes comprobarlo al final de estas líneas [Acto III] Un abrazo, Hannah.