CARTA Nº 110

Querida Juana. ¡¡Ay, no… perdona!! ¡¡Menudo despiste, jajajaja!! Quería decir Hananh. ¿En qué estaría yo pensando? Seguramente Pistón no sabrá todavía a estas alturas que a la Juana no le suelo enviar cartas. Ella es más de sms y cosas así. Así que el chiste no era tan bueno como él se creía. Ni tan original como lo pintaba [Carta nº 79 * CH - 79 * Pincha en la columna de la derecha] A propósito, ¿no era él precisamente quien le decía a Tengo para todos: “¿No has ido tú también a la cofradía a tomar cerveza? Dicen que hasta ayudaste a pintar los escudos de la cofradía que hay en la puerta y que te han visto en fotos con el casco de los romanos” [¿?] Lo que no dice es que también le vieron con la Juana, quitando el aroma de tabaco que había dejado el Puro tras su última y brillante intervención [Lo de brillante no hay que tomarlo al pie de la letra, pues una cosa es el significado de las palabras y otra muy distinta es su verdadera intencionalidad] Pero en fin. Es una lástima que el personal [parafraseando a cierto personaje] no dé más de sí, por mucho que lo intenten y por mucho que lo disimulen. Creo que a Pistón le gustó mucho más el chiste que aparece aquí [CH - 104] Aunque para chistes, mejor el que tienes a continuación:
 


“Aunque la calidad de imagen no es buena, porque está oscura, el sonido de las cornetas y tambores emocionan a todos”. Muy en la línea de los chistes de pito colgando (y otros parroquianos). Pero sin el copyright que tanto le caracteriza.
 
Sin embargo, escuchando sus benditas palabras, me he acordado de una curiosa historia acerca de los tres grandes luthieres de Cremona: Es sabido que del taller de Amati, del de Guarneri y del de Stradivari salieron los mejores instrumentos de cuerda, todavía hoy considerados como modélicos. Los tres estaban convencidos de ser los más expertos artesanos y Amati decidió poner un cartel publicitario en la puerta de su taller en el que podía leerse: “Aquí hacemos los mejores violines de Italia”. En la misma manzana estaban sus dos competidores y el primero en reaccionar ante el cartel de Amati fue Guarneri, quien optó por escribir lo siguiente en un letrero situado en el umbral de la puerta de su taller: “Aquí hacemos los mejores violines del mundo”. Stradivari, finalmente, escribió en el suyo en el que podía leerse: “Aquí hacemos los mejores violines de esta manzana”. Es posible que esto sea solo una leyenda. Pero si cambiamos taller por cofradía y manzana por la calle de La Balsa, la verdad es que te da por pensar, ¿verdad? Y aunque la única placa que pondrán en la puerta de mi casa dirá: SE ALQUILA, lo cierto es que la Juana estuvo tocando el día 23 con una banda. A saber donde estarían otros ese mismo día teniendo dos. Muy sencillo: Estaban decidiendo si traer para el próximo concierto a la banda de Fuente del Maestre o a la Filarmónica de Londres [Ver al final de estas líneas] Y parece ser que finalmente lo tienen bastante claro. Mejor la del primer vídeo. La segunda es demasiado charanguera y el cachet demasiado elevado. Además, tocan fatal. Y la primera sale mucho más barata que la segunda. Seguro que tú lo entiendes perfectamente. Pero por si acaso, te lo volveré a comentar y a recordar para el año que viene. Pese a quien le pese. Hasta entonces… ¡Feliz Año Nuevo!! Un abrazo, Hannah.
 

CARTA Nº 109

[…] MAGDALENA: Padre nuestro, que estás en los cielos…
 
TOMILLO: (¡Dame a mi paciencia para estos desvelos!)
 
MAGDALENA: Hágase tu voluntad…
 
TOMILLO: (Si hiciera la mía, ¡qué felicidad!)
 
ROSALÍA: El pan nuestro de cada día dánosle hoy.
 
TOMILLO: (¡Ya lo creo que te lo daría, y no es culpa mía si no te lo doy!
 
ROSALÍA: Perdonamos a nuestros deudores (Hace señas a Tomillo de que Magdalena se duerme)
 
TOMILLO: (¡Esto marcha bien!)
 
ROSALÍA: Mas líbranos del mal…
 
MAGDALENA: (Medio dormida) Amén
 
ROSALÍA: ¡Amén! (Magdalena deja caer el rosario al suelo)
 
TOMILLO: ¡Amén!
 
ROSALÍA: Mira, Tomillo, ya se durmió.
 
TOMILLO: Del primer Padrenuestro nunca salió […]
 


Querida Hannah. Así comienza musicalmente esta obra maestra de nuestro repertorio lírico nacional. La verdad es que es una zarzuela muy poco conocida en comparación con otras tan populares como LA REVOLTOSA, del mismo autor. Pero eso es algo muy habitual en nuestro país: obras musicales que no tienen nada que envidiar a las grandes producciones operísticas del S. XIX y que luego no se conocen prácticamente nada. Ya lo decía hace muchos años Enrique González Semitiel en una entrevista concedida al Diario de La Verdad [Pincha aquí: MURCIA, QUÉ HORTERA ERES - BOLETÍN Nº 17] Solo le faltó decir que aquí conocemos a la bruja avería y poco más.
 
La primera vez que la escuché fue en uno de los programas dedicados a la zarzuela en Radio Nacional. Todavía conservo (al igual que muchas otras) la grabación en cintas de cassette. Concretamente, la versión interpretada por Alfredo Kraus y Teresa Berganza (entre otros), dirigidos por Benito Lauret [Uno de mis maestros; al igual que su sobrino, Gabriel Lauret] Y desde hace muchos años, también dispongo de esa misma grabación pero en un doble CD. Aunque si prefieres escucharla ahora mismo, puedes hacerlo en la Web de RTVE, en su sección A LA CARTA (como puedes comprobar, no soy el único que dispone de una sección similar) [Pincha en los siguientes enlaces: Acto I /// Acto II - III]
 
El diálogo que he incluido al principio pertenece a uno de los fragmentos del Acto I: “Chito, que ya mi madre, da cabezadas” [Pincha aquí: LA BRUJA] Y al final de ese mismo acto hay una escena que es realmente magistral. Cuando Leonardo canta antes de partir hacia Italia a luchar con los Tercios Españoles: “No extrañéis, no, que se escapen suspiros de mi garganta, la jota es alegre o triste según es pa’ quien la canta. No extrañéis, no, que se escapen suspiros de mi garganta. ¡Ay, canto alegre de mi país, tal vez ya nunca te vuelva a oír; pero si acaso no te oigo más, siempre en el alma resonarás! / Como los pájaros cantan las penas de sus amores, así canto yo la jota para aliviar mis dolores. Como los pájaros cantan las penas de sus amores. ¡Ay, canto alegre de mi país…” Es un momento realmente emocionante y maravilloso. Uno de los momentos cumbres de nuestra lírica. Puedes escuchar la escena completa (con el pasacalles incluido) en el vídeo que tienes al final de estas líneas.
 
Y de los personajes, pues hay dos que me han llamado especialmente la atención: el cura y el inquisidor, los cuales parecen sacados de un “blog” demasiado cercano. Creo haberlos visto recientemente por la misma charca por la que paseaba Tomillo antes de que se le apareciese la bruja. Pero no me preguntes a qué hora fue porque ahora mismo no me acuerdo exactamente. Por cierto, es muy significativo el desenlace de esta mágica y bellísima historia: “En furioso torbellino, en revuelo remolino, cabalgando sobre escobas nos arrastra el huracán; en la iglesia nos metemos, el aceite nos bebemos de la lámpara del santo y lo paga el sacristán…” La cosa está muuuu clara [Seguro que el muuuu también me delata, con lo fácil que es imitar la escritura de otros y que otros imiten mi propia escritura] Por mucha vara que meta la iglesia y el Santo Oficio, Blanca de Acevedo (que no es precisamente pariente fraternal de nazarena blanca ni en sus mejores sueños) sale victoriosa y se escapa del convento en el que había sido condenada a internamiento perpetuo. Más o menos como ocurre, año tras año (y los que quedan) con el Tengo para Tutti y demás parientes fraternales. Escobas incluidas. Aunque no salgan volando o cabalgando sobre ellas… Un abrazo, Hannah.