Querida Hannah. Imagínate por un momento, que hoy por hoy, a tu edad (que ya eres toda una verdadera jovencita), no supieras leer absolutamente nada. Vamos, como si te pusiera un texto en chino, árabe o arameo y te pidiera que lo leyeras en el momento. Y que durante un año entero, te dedicaras especialmente a aprender lo más básico para poder “leer” o “memorizar”, más o menos correctamente y en nuestro querido idioma, los cuentos de: Caperucita Roja, La Bella Durmiente y El Gato con Botas. Solamente esos tres. Ninguno más. De tal manera, que si quisieras leer otros cuentos, sería realmente difícil porque, con los conocimientos adquiridos para leer justamente esos tres, no podrías hacerlo con una cierta facilidad o una cierta soltura. Eso sí, dedicándole muchísimo tiempo para poder leer al cabo de un año esos tres cuentos con una cierta comodidad, aunque luego te quedara muy poco tiempo para poder hacer otras muchas más cosas.
Pues, planteándote la cuestión de esta manera, es más o menos lo que ocurre con la música en unos niveles elementales. Ya sé que la palabra SOLFEO es muy fea. Y a ti no te gusta para nada. Por eso se utiliza desde hace algunos años el concepto de LENGUAJE MUSICAL que es muchísimo más atractiva que la otra palabreja. Pero del SOLFEO, lo único que tiene realmente de feo, en todo caso es el nombre. Y nada más. Porque aprendiendo correctamente todos los contenidos y los conceptos básicos del Grado Elemental de las Enseñanzas Musicales, podrás leer prácticamente y sin ningún tipo de problema, la mayor parte de las piezas de música que vas a tener a tu alcance en toda tu vida, aunque no te dedicaras profesionalmente a la música. [Evidentemente, quizá no puedas tocar, entre otras muchas cosas, las grandes sinfonías que tocan por ejemplo las grandes orquestas sinfónicas. Pero seguro que podrás tocar alguna que otra adaptación más sencilla, adaptada a tus posibilidades, aunque sea simplemente de un extracto de uno de sus 3, 4 o de cualquiera de sus movimientos en que esté dividida esa obra musical. Por eso, en vez de tocar completa la SINFONÍA DEL NUEVO MUNDO de Dvorak, mis alumnos pudieron tocar, al menos, una adaptación del inicio de su 2º movimiento, que es uno de los momentos más emotivos de toda la Literatura Musical. Puedes escuchar un breve fragmento pinchando aquí: SINFONÍA DEL NUEVO MUNDO. También podrás escuchar el mismo fragmento, al final de estas líneas.] Claro, eso no se consigue de la noche a la mañana. Como tampoco conseguiste de la noche a la mañana, leer con soltura cuando eras pequeñita, no solamente los 3 cuentos que te comenté anteriormente, sino todos los demás que hoy en día ya conoces y los que todavía podrías conocer si tú quisieras. Y no solamente cuentos, sino revistas, novelas, poesías, enciclopedias... prácticamente de todo. Pero lo mejor de todo, es que podrías hacerlo tú solita. Como lo haces tú casi todos los días.
Claro, no solamente aprendiste a leer. Sino que también aprendiste a entender, más o menos o en mayor o menor medida, lo que estás leyendo. Por eso cuando eras pequeñita, aprendiste lo que era un verbo, un sujeto, un predicado... y así muchísimas más cosas que, aunque no seamos conscientes de ellas cuando estamos leyendo habitualmente, en realidad, nos están ayudando para entender precisamente lo que estamos leyendo. Por eso, la Teoría de la Música (con sus intervalos, los tonos y semitonos, las alteraciones, las claves, las tonalidades y muchos otros elementos) nos ayuda, no solamente a leer la música (aunque luego a la hora de la verdad, no seamos conscientes de todos esos muchísimos elementos) sino que también nos ayuda a entenderla un poquito más. Y así ocurre con el resto de conocimientos musicales que se deben de adquirir en un Grado Elemental de Música.
Pero para ello, tenemos que pasar un trámite. Y ese trámite requiere un esfuerzo. Pero un esfuerzo que viene a ser, no muy diferente, al que tuvimos que hacer en su momento para leer cuando éramos pequeños. Sin embargo, pasado ese trámite, estaríamos en condiciones de afrontar prácticamente cualquier cosa. Y no vale “exactamente” esos cursos rápidos como aquellos de: Aprende a hablar inglés en 15 días. No. Si quieres leer cualquier pasodoble, cualquier marcha y muchas otras obras musicales, que en realidad no son tan complejas como podríamos creer en un primer momento, tendrás que pasar este primer trámite y hacerlo lo más correctamente posible. Si viviéramos en otras culturas musicales distintas a la occidental, verías que en muchas de ellas, ni sería necesario. Porque en muchas de ellas, no utilizan ni siquiera una grafía musical. Pero vivimos en una cultura, en la que la lectura musical es fundamental para un músico, ya sea aficionado o profesional.
Muchas veces me dices: “Pero si yo no me voy a dedicar a la música”. Si eso ya lo sé, Hannah. Pero tampoco te vas a dedicar a la Literatura y no por ello vas a dejar de aprender a leer. Fíjate, aunque no te dedicaras a nada en particular, por lo menos tendrías que saber leer para distinguir mínimamente tu nombre y apellidos. O para distinguir el letrero del servicio de señoras y caballeros, que no siempre va a estar puesto el dibujito en la puerta, ¿sabes?
Por eso sería mejor que, en vez de dedicar un año entero para tratar de leer solamente tres cuentos o para tratar de tocar 3 canciones [Ya sabes que te he puesto un pequeño ejemplo. Quien dice 3, puede decir perfectamente 4, 5 o 6 cuentos o canciones] sería muchísimo mejor dedicárselo correctamente, aunque sea un poco más “sacrificado”. De la otra manera, aunque estemos dedicándole mucho tiempo, en realidad lo que estamos haciendo, si lo miramos con una perspectiva temporal más amplia, es exactamente lo contrario. Estaríamos perdiendo un tiempo realmente precioso. Y ese tiempo podríamos aprovecharlo, no solamente para prepararnos mejor sino para dedicárselo también a otras muchas más cosas.
Hannah, una vez me dijiste que sería muy difícil para ti, leer una partitura musical. Que tardarías muchísimo tiempo. Dime una cosa, ¿en cuánto tiempo has tardado en leer simplemente esta carta? En apenas unos minutos, ¿verdad? [No creo que te hayas parado en ningún momento para juntar la S con la O y luego decir SO. Para luego juntarlo con la L y decir SOL. Y no creo tampoco que te hayas parado para decir la F con la E, FE. Y luego lo juntas con la O para decir FEO. Y luego juntarlo todo para decir SOLFEO. De esa manera, hubieras tardado casi el mismo tiempo que para leer los tres cuentos que te he comentado al principio de esta carta.] Por supuesto, podrías releerla varias veces por si acaso no has entendido algunas cosas. Quizá tengas que consultar alguna palabra en el diccionario. O consultar el significado de alguna expresión. Quizá necesites un poco más de tiempo porque necesitas consultar con las otras cartas, ya que muchas de ellas están interrelacionadas. Y si lees las otras cartas, podrás entender todavía muchísimo mejor, todo lo que pretendo decirte en ésta. Luego podrás analizarla, comprobar su estructura, leerla en voz alta como si estuvieras leyéndola ante un público, practicando diversas inflexiones en la voz para intentar transmitir fielmente el mensaje y para que el público pueda comprender lo mejor posible su contenido. Y que también pueda experimentar las diferentes emociones del que ha escrito la carta a través del que la está leyendo... Pero lo que es LEER LA CARTA, lo has hecho (como se diría en términos musicales) “A PRIMERA VISTA”. Por lo que cualquier partitura podría ser leída, en mayor o menor medida, de la misma manera. Independientemente de que después podamos volver sobre ella para ir mejorando muchísimas más cosas y muchísimos más aspectos relacionados con la interpretación musical de dicha partitura. Un abrazo, Hannah.
Pues, planteándote la cuestión de esta manera, es más o menos lo que ocurre con la música en unos niveles elementales. Ya sé que la palabra SOLFEO es muy fea. Y a ti no te gusta para nada. Por eso se utiliza desde hace algunos años el concepto de LENGUAJE MUSICAL que es muchísimo más atractiva que la otra palabreja. Pero del SOLFEO, lo único que tiene realmente de feo, en todo caso es el nombre. Y nada más. Porque aprendiendo correctamente todos los contenidos y los conceptos básicos del Grado Elemental de las Enseñanzas Musicales, podrás leer prácticamente y sin ningún tipo de problema, la mayor parte de las piezas de música que vas a tener a tu alcance en toda tu vida, aunque no te dedicaras profesionalmente a la música. [Evidentemente, quizá no puedas tocar, entre otras muchas cosas, las grandes sinfonías que tocan por ejemplo las grandes orquestas sinfónicas. Pero seguro que podrás tocar alguna que otra adaptación más sencilla, adaptada a tus posibilidades, aunque sea simplemente de un extracto de uno de sus 3, 4 o de cualquiera de sus movimientos en que esté dividida esa obra musical. Por eso, en vez de tocar completa la SINFONÍA DEL NUEVO MUNDO de Dvorak, mis alumnos pudieron tocar, al menos, una adaptación del inicio de su 2º movimiento, que es uno de los momentos más emotivos de toda la Literatura Musical. Puedes escuchar un breve fragmento pinchando aquí: SINFONÍA DEL NUEVO MUNDO. También podrás escuchar el mismo fragmento, al final de estas líneas.] Claro, eso no se consigue de la noche a la mañana. Como tampoco conseguiste de la noche a la mañana, leer con soltura cuando eras pequeñita, no solamente los 3 cuentos que te comenté anteriormente, sino todos los demás que hoy en día ya conoces y los que todavía podrías conocer si tú quisieras. Y no solamente cuentos, sino revistas, novelas, poesías, enciclopedias... prácticamente de todo. Pero lo mejor de todo, es que podrías hacerlo tú solita. Como lo haces tú casi todos los días.
Claro, no solamente aprendiste a leer. Sino que también aprendiste a entender, más o menos o en mayor o menor medida, lo que estás leyendo. Por eso cuando eras pequeñita, aprendiste lo que era un verbo, un sujeto, un predicado... y así muchísimas más cosas que, aunque no seamos conscientes de ellas cuando estamos leyendo habitualmente, en realidad, nos están ayudando para entender precisamente lo que estamos leyendo. Por eso, la Teoría de la Música (con sus intervalos, los tonos y semitonos, las alteraciones, las claves, las tonalidades y muchos otros elementos) nos ayuda, no solamente a leer la música (aunque luego a la hora de la verdad, no seamos conscientes de todos esos muchísimos elementos) sino que también nos ayuda a entenderla un poquito más. Y así ocurre con el resto de conocimientos musicales que se deben de adquirir en un Grado Elemental de Música.
Pero para ello, tenemos que pasar un trámite. Y ese trámite requiere un esfuerzo. Pero un esfuerzo que viene a ser, no muy diferente, al que tuvimos que hacer en su momento para leer cuando éramos pequeños. Sin embargo, pasado ese trámite, estaríamos en condiciones de afrontar prácticamente cualquier cosa. Y no vale “exactamente” esos cursos rápidos como aquellos de: Aprende a hablar inglés en 15 días. No. Si quieres leer cualquier pasodoble, cualquier marcha y muchas otras obras musicales, que en realidad no son tan complejas como podríamos creer en un primer momento, tendrás que pasar este primer trámite y hacerlo lo más correctamente posible. Si viviéramos en otras culturas musicales distintas a la occidental, verías que en muchas de ellas, ni sería necesario. Porque en muchas de ellas, no utilizan ni siquiera una grafía musical. Pero vivimos en una cultura, en la que la lectura musical es fundamental para un músico, ya sea aficionado o profesional.
Muchas veces me dices: “Pero si yo no me voy a dedicar a la música”. Si eso ya lo sé, Hannah. Pero tampoco te vas a dedicar a la Literatura y no por ello vas a dejar de aprender a leer. Fíjate, aunque no te dedicaras a nada en particular, por lo menos tendrías que saber leer para distinguir mínimamente tu nombre y apellidos. O para distinguir el letrero del servicio de señoras y caballeros, que no siempre va a estar puesto el dibujito en la puerta, ¿sabes?
Por eso sería mejor que, en vez de dedicar un año entero para tratar de leer solamente tres cuentos o para tratar de tocar 3 canciones [Ya sabes que te he puesto un pequeño ejemplo. Quien dice 3, puede decir perfectamente 4, 5 o 6 cuentos o canciones] sería muchísimo mejor dedicárselo correctamente, aunque sea un poco más “sacrificado”. De la otra manera, aunque estemos dedicándole mucho tiempo, en realidad lo que estamos haciendo, si lo miramos con una perspectiva temporal más amplia, es exactamente lo contrario. Estaríamos perdiendo un tiempo realmente precioso. Y ese tiempo podríamos aprovecharlo, no solamente para prepararnos mejor sino para dedicárselo también a otras muchas más cosas.
Hannah, una vez me dijiste que sería muy difícil para ti, leer una partitura musical. Que tardarías muchísimo tiempo. Dime una cosa, ¿en cuánto tiempo has tardado en leer simplemente esta carta? En apenas unos minutos, ¿verdad? [No creo que te hayas parado en ningún momento para juntar la S con la O y luego decir SO. Para luego juntarlo con la L y decir SOL. Y no creo tampoco que te hayas parado para decir la F con la E, FE. Y luego lo juntas con la O para decir FEO. Y luego juntarlo todo para decir SOLFEO. De esa manera, hubieras tardado casi el mismo tiempo que para leer los tres cuentos que te he comentado al principio de esta carta.] Por supuesto, podrías releerla varias veces por si acaso no has entendido algunas cosas. Quizá tengas que consultar alguna palabra en el diccionario. O consultar el significado de alguna expresión. Quizá necesites un poco más de tiempo porque necesitas consultar con las otras cartas, ya que muchas de ellas están interrelacionadas. Y si lees las otras cartas, podrás entender todavía muchísimo mejor, todo lo que pretendo decirte en ésta. Luego podrás analizarla, comprobar su estructura, leerla en voz alta como si estuvieras leyéndola ante un público, practicando diversas inflexiones en la voz para intentar transmitir fielmente el mensaje y para que el público pueda comprender lo mejor posible su contenido. Y que también pueda experimentar las diferentes emociones del que ha escrito la carta a través del que la está leyendo... Pero lo que es LEER LA CARTA, lo has hecho (como se diría en términos musicales) “A PRIMERA VISTA”. Por lo que cualquier partitura podría ser leída, en mayor o menor medida, de la misma manera. Independientemente de que después podamos volver sobre ella para ir mejorando muchísimas más cosas y muchísimos más aspectos relacionados con la interpretación musical de dicha partitura. Un abrazo, Hannah.