Querida Hannah. Eso no es verdad. Yo no he dicho nunca que tú no puedas ganarte un dinero con la música, aunque sea a un nivel local. Al contrario, yo te animo a que lo hagas. Lo que yo he dicho es que, si no tienes una suficiente preparación para poder desenvolverte tú misma y sin ningún tipo de problema en una agrupación musical, tú no tienes por qué recibir ningún dinero. Y aunque tuvieras esa buena formación musical, si luego incumples tus compromisos con esa misma agrupación, tampoco. Es decir, tú puedes ganarte un dinerillo pero para ello tienes que demostrar tu destreza y también tu responsabilidad. Y lo que me dices de la Banda de la Escuela, ten muy en cuenta que aquella tenía como objetivo principal el de la formación. Por lo que se entiende perfectamente que los músicos no cobraran.
Ya te he dicho en alguna otra ocasión que teniendo el Grado Elemental de Música, lo normal es que tú puedas desenvolverte aceptablemente en una agrupación musical. Pero no todos los que terminan el Grado Elemental lo hacen con todas las materias bien asimiladas. Y se da la circunstancia de que algunos músicos que terminan el Grado Elemental, tocan (e incluso, saben) menos que algunos músicos que tuvieron una formación mucho más rudimentaria, cuando todavía no existía la actual Escuela que se originó en los años 90 del siglo pasado. Por eso, es necesario que a la hora de incorporar a los nuevos músicos haya un buen filtro para que no se admitan a todos aquellos que no están (todavía) lo suficientemente preparados. Y para ello, la figura del Director es esencial en este aspecto. Además de la de los Profesores. Sin embargo, hoy en día ocurre más o menos al revés. Y todo ello porque todavía se piensa que la música no es realmente una actividad importante en nuestras vidas. Aquí, a cualquiera que se le ponga un pito en la boca, ya le llaman músico. Y si te descuidas, hasta le llaman profesor, director o catedrático. Y a cualquiera que medio entone una simple línea melódica, ya le están llamando cantante. Aunque mi Tío Ramón, sin saber música, lo haga todavía mejor.
Mira, Hannah. Una buena formación hace que los ensayos sean más fluidos y, lo que es mucho más importante, mucho más fructíferos. También se consigue que los músicos estén mucho más animados en el aspecto musical (porque en otros aspectos no lo necesitan en absoluto) y que terminen cada ensayo con un buen sabor de boca para volver al siguiente (ensayo) con las mismas ganas (o más) que el anterior. Además, con una buena formación, todos pueden estar mucho más tranquilos a la hora de afrontar cualquier tipo de repertorio. Porque con el nivel que se consigue, se podría tocar prácticamente de todo, desde LA CUCARACHA hasta EL LAGO DE LOS CISNES, por ponerte solo unos ejemplos. Porque cuando se consigue aprender a leer y descifrar cualquier tipo de partitura para luego poder tocarla cada uno con su propio instrumento (y por su propia cuenta, que este es un detalle muy importante que siempre suele pasarse por alto) ocurre más o menos igual que lo que ocurre al aprender a montar en bicicleta: que eso ya no se olvida jamás en la vida. En todo caso, necesitarás ponerte a punto. Pero con los entrenamientos (ensayos) que se realizan, por lo menos una vez a la semana, suelen ser más que suficientes. Y los ensayos no son para aprender a montar en bicicleta, como estamos acostumbrados hasta ahora. En todo caso, sirven más bien para conocer nuevos itinerarios por los que uno puede circular montado en ella. O lo que es lo mismo, tocar un variado tipo de repertorio y en diferentes grados de dificultad. Lo malo es que muchos pretenden ir al Tour de Francia sin haber aprendido a circular todavía por la vía verde. Y para colmo, algunos ni siquiera han aprendido a subirse en la bicicleta. La misma que esperan llevarles triunfalmente por los Campos Elíseos. Espero que me comprendas, Hannah, lo que quiero decirte. Primero hay que aprender a montar en bicicleta y luego a rodar. Y no como suele hacer la mayoría: aprender mientras está rodando con los demás. Porque lo único que se consigue realmente (en la mayoría de los casos) es empujar, tropezar y estorbar el trabajo que se realiza en equipo. Claro, así luego vienen los múltiples problemas. Los que tienen más interés y están más preparados, empiezan por hartarse y aburrirse ya que la mayoría de aquellos que están aprendiendo hacen que el equipo no ruede de una forma fluida y compacta. Y no es de extrañar que algunos de ellos no acudan al entrenamiento, con tal de no soportar a ciclistas que hacen que el pelotón no ruede lo suficientemente bien. Con este panorama, no estaría mal que nuestra academia de música se llamara: academia la bicicleta, para que nos acordáramos de todo esto. ¿No hay una en nuestra capi que se llama la lira? Aunque a mí me parece que el nombre ya está registrado, teniendo en cuenta lo que te dije en la carta nº 1.
Pero claro, seguro que habrá algún listillo que empiece a decir: “Es que todo eso es para los que van a dedicarse profesionalmente a la música”. Pues a ese listillo habría que decirle que no, que de eso nada. Que todo esto te lo decimos para que puedas tocar tú solito y por tu propia cuenta, como mínimo, LA CUCARACHA o LA RAMONA PECHUGONA (con perdón de mi Tío Ramón) sin que nadie tenga que decirte lo que pone en la partitura y hacerlo correctamente, por supuesto. Sin dejarse ni una síncopa de las que hay en la cuerda de los metales y sin dejarse ni una semicorchea de las que hay en la cuerda de las flautas, en la versión original de esta última. ¿O es que esperas tocar toda la vida de oreja? ¿O es que te crees que vas a tener siempre a alguien a tu lado para que te diga lo que pone en la partitura? Si sabes leer tú solo sin necesidad de que nadie te diga lo que pone en un papel, ¿por qué te crees que en la música es algo diferente? Hacer intervalos, practicar con tonalidades, enarmonías, acordes... todo ello te va a servir especialmente para adquirir una destreza en la lectura musical. De la misma manera que cuando eras pequeño aprendías a cortar las palabras en sílabas, aprendías lo que era un sujeto, un predicado, un verbo, un adverbio, un pronombre, un artículo y hacías multitud de ejercicios y juegos relacionados con las letras y con las palabras, para en definitiva, tener una destreza en la lectura, que es lo que verdaderamente importaba en aquellos momentos.
Sin embargo, parece que lo único que les importa a algunos es que, cuanto menos sepan los alumnos, mejor. Cuantas menos canciones puedan aprender, mejor todavía. Y cuanto más mediocre sea dicha orquesta, pues muchísimo mejor todavía. Así, ningún músico estará capacitado para tocar en ninguna otra formación musical, que no sea esa misma. Y si hubiera algún músico que destacara, ya nos encargaríamos de hacer todo lo posible para desanimarlo o para que tocara cada vez peor. [Es como el anuncio del BMW, pero al revés: “Si algo se puede hacer peor, hagámoslo peor”. Lástima que kanfor haya suprimido el vídeo que hizo en esta misma línea, como puedes ver en los comentarios del anuncio que ya te puse en la carta nº 22.] No vaya a ser que alguien adquiera un nivel suficiente, luego se vaya a tocar con otra orquesta, quedándose la primera sin músicos y se acabe por fin el chollo que tenían montado algunos pocos. Es mejor que los miembros de la orquesta sigan aborregados con unas pocas nociones y con unas cuantas canciones para que no exijan más dinero del que les dan en este momento. Y que se lo lleven mejor, los miembros fundadores, aunque tengan el mismo nivel (o menos) que el de algunas de las nuevas incorporaciones. Vamos, que ocurre algo similar a lo que ocurre en Rebelión en la Granja, de George Orwell (creo que ya te he hablado de él en alguna carta anterior). Hay que marginar a los que sobresalen o a los que destacan. Y luego, a participar en el Tour de Francia, sea como sea, aunque quedemos los últimos por la cola. Sin embargo, todos descubren, más tarde o más temprano, el mísero engaño. Fíjate que, hasta se podrían establecer ciertos paralelismos con el movimiento 15 - M. Y no es extraño porque ya estamos acostumbrados a que nos manipulen también en otros muchos aspectos que no tienen nada (o casi nada) que ver con la música. La historia no es nueva: Intentar mantener a la población lo más inculta posible (sin que se note, a ser posible) para controlarla a nuestro antojo. Para evitar que se rebelen y que puedan alterar lo más mínimo el orden establecido o el tinglado que hay montado: El Dinero (el poder sin escrúpulos ni conciencia), el Estado Tradicional (el poder corrupto en manos de los de siempre) y la Iglesia o las religiones en general (el poder del fanatismo y la manipulación del hombre a través de su alma).
Así de claro te lo digo, Hannah. Ponte a estudiar en serio y prepárate lo suficiente para poder dar la talla, aunque sea a un nivel local. Gánate tu dinero pero gánatelo con responsabilidad y con honradez. Y por supuesto, un gesto altruista lo puede hacer cualquiera, ¿cómo no? Pero no permitas que, con la excusa de hacer otro gesto altruista, te engañen y que te tomen el pelo. Y más, cuando lo intentan una y otra vez. Un abrazo, Hannah.