Querida Hannah. Acabo de empezar a impartir un pequeño curso en mi propia casa. Ahora mismo llevo solamente unos pocos días, ¿sabes? Y no te puedes ni imaginar las ganas que tengo de dar estas clases. Después de un año muy difícil, tuve la mala suerte de tener algún que otro alumno que no disfrutaba lo suficiente con lo que hacía. Y a la hora de impartir las clases particulares era un suplicio. Y aunque de esas clases se aprende un montón, a la hora de apreciar las diferentes motivaciones y cualidades que puedan tener los alumnos y poder sacarles así el mayor partido posible, la verdad es que prefiero no tenerlas. Ahora, aunque no tengo muchos alumnos, me pasa exactamente lo contrario. Los que tengo, disfrutan bastante con lo que hacen y se puede trabajar muy bien con todos ellos.
Nunca perdí la pasión. Pero parece que ahora ha vuelto con renovadas fuerzas. Dicen que una persona sin pasiones está tan cerca de la estupidez que sólo le falta abrir la boca para caer en ella. Pero también hay tarugos que por mucha pasión que puedan tener, antes de que puedan abrir la boca ya están completamente inmersos en esa misma estupidez. Y lo más triste es que ni tan siquiera se dan cuenta de ello o es que no quieren darse cuenta. Como aquel que sentía una pasión tremenda por tocar el Fagot pero que tuvo que echarse finalmente atrás cuando se enteró de que, para tocarlo como lo hace todo el mundo, había que estudiarse también las claves de Fa y Do en 4ª línea. Y luego llega otro más tarugo y con mucha más pasión todavía que, en vez de incitarle a que dedique un tiempo a estudiarse estas dos claves, va y le pasa a clave de Sol todos los métodos y todas las partituras que tiene que tocar con el dichoso fagot. Para que entiendas lo que te acabo de decir, te voy a poner un ejemplo bastante exagerado pero que viene a ilustrar bastante bien todo esto. Lo de pasar todos los métodos y todas las partituras a clave de sol, es algo así como decir: “Me encanta las aguas del océano pacífico.” Y en vez de irse a vivir allí (o al menos, tomarse unas vacaciones), dedica todo el tiempo a cambiar las aguas del océano atlántico por las del pacífico. Imagínate ese ciudadano de Lisboa, vaciando cubo a cubo el océano atlántico para llenarlo cubo a cubo con las del pacifico. Seguro que estaría muy ocupado durante bastante tiempo, ¿verdad? Y si hubiera alguien que le pagara por ello, pues mejor todavía. Pero reconoce, querida Hannah, que por mucha pasión, por mucho empeño y por mucho sacrificio que hiciera, aunque lo consiguiera, en el fondo no serviría para nada. Este sería, quizás, un buen ejemplo para aquellos que presumen de pasión. La pasión debe de ir siempre acompañada debidamente por una dosis suficiente de razón.
Bueno, como te decía anteriormente, más que un curso, son simplemente unas clases particulares más, de las que hago de vez en cuando. Porque ahora que estamos ya en el período de vacaciones, además de continuar con las clases particulares (1 ò 2 veces a la semana, según los casos; otras veces ninguna), he organizado unas clases para poder impartirlas durante una quincena. Bueno, tampoco tengo a la gente apiñada en la puerta de mi casa para inscribirse pero por lo menos intento hacer algo distinto. Y sobretodo, algo que pueda merecer la pena. Y no es lo mismo impartir una clase a la semana que hacerlo diariamente durante dos semanas. El planteamiento es bastante diferente, tanto para el alumno como para el profesor. Y creo que en dos semanas se puede conseguir un enfoque diferente a la hora de desarrollar las clases y el alumno puede tomar una conciencia muy especial a la hora de estudiar y de hacer música, a partir de esas mismas clases.
Si estás interesada o conoces a alguien que pudiera estar interesado, debes saber que yo doy clases de Solfeo y Lenguaje Musical, algo que es fundamental para un músico que vive y pertenece a la sociedad occidental (al margen de las deficiencias que pueda tener nuestra civilización) pero que en muchas ocasiones, la gente no le suele dar demasiada importancia. También imparto clases de Saxofón. Como sabrás, porque ya te lo he comentado en varias ocasiones, yo soy profesor superior de Contrabajo y profesor de Saxofón, lo que me ha permitido tener también unos buenos conocimientos tanto en solfeo como en otras disciplinas musicales. Hay algún ingenuo que cree que yo no tengo la titulación correspondiente a saxofón porque solo hice el Grado Medio. Lo que al parecer no sabe es que, cuando yo estudié en el Conservatorio, la carrera de música era diferente a la que hay actualmente. Y que con el Grado Medio de aquella otra carrera se obtenía el Título de Profesor y con el Grado Superior, el Título de Profesor Superior. Ahora solamente se accede a titulación con el Grado Superior. Pero de este y de otros temas relacionados con esto ya te he hablado en algunos de mis escritos como 11 DE SEPTIEMBRE, 2 DE OCTUBRE, ESCUELA SE ESCRIBE SIN H y tampoco quiero volver a repetírtelos. Pincha aquí: ESCRITOS PARA EL AYUNTAMIENTO - EDICIÓN ESPECIAL. Solamente una cosa: muchas cosas referentes a la música, se aprenden también fuera del Conservatorio. Y yo he tenido la suerte de adquirir, además de la titulación correspondiente, una experiencia musical fascinante desde que tenía 6 y 7 años. Cosa que no todos podrían decir lo mismo.
De contrabajo no suelo dar clases. Lo hice en algunas ocasiones (de manera altruista) cuando yo era contrabajo solista de la orquesta (era solista porque estaba yo solo, jajajajaja) y Unnur, la Directora que teníamos en la orquesta, me pedía que ayudara de vez en cuando a algunos alumnos que se estaban formando por aquellos momentos para empezar a tocar próximamente en la misma. Experiencia que repetí casi de idéntica manera y en innumerables ocasiones, unos años después (y por iniciativa propia) especialmente en Los Pekes y en la Banda.
Además de las clases de saxofón, también imparto clases de clarinete. Como ya te dije en su momento, fue mi primer instrumento musical, aunque no tengo ninguna titulación al respecto. Soy el primero que animo a los alumnos a que acudan a un profesional especialista. Y también soy el primero que animo a los alumnos a que estudien en la Escuela de Música. Lo cual no impide que los alumnos se refuercen también, si fuera preciso, con otros profesores fuera de la Escuela. Y creo que yo también puedo aportar mi granito de arena en lo que se refiere a este instrumento. Como lo puede aportar también un profesor de trompeta de cuyo nombre no me acuerdo muy bien. Porque no es lo mismo que lo haga yo a que lo haga él, ¿verdad? Precisamente, otro profesor se enteró de que un alumno suyo, además de sus clases de solfeo, estaba dando clases particulares de solfeo conmigo. Y le dijo a la madre que prefería que fuera otro (y no yo) quien le diera dichas clases. Y que yo no había estudiado (o que no tenía la titulación correspondiente) en el Conservatorio. Como si para dar esas clases, no fuera suficiente los conocimientos que tengo en solfeo. Que por fortuna, sí son mucho más que suficientes. Pero fíjate, te voy a poner otro ejemplo: Yo no tengo conocimientos suficientes para enseñar el trombón de varas. Sin embargo, por unas circunstancias muy especiales pero que no dejan de ser muy significativas, esos conocimientos insuficientes no me impidieron que yo pudiera enseñar a un músico para que se pasara del trombón de pistones al de vara. Y no debí de hacerlo tan mal porque a partir de ese momento, todos los que tocaban trombón de pistones se fueron pasando progresivamente al de varas (creo que solamente falta uno todavía para que dé el paso definitivo de uno a otro instrumento). Y a partir de aquel momento, todos los nuevos alumnos de trombón que se fueron matriculando, olvidaron el de pistones y comenzaron a estudiar con el trombón de varas. De esto y de otros temas relacionados hablo también (pincha en el siguiente enlace) en mi artículo SOLO PARA CLARINETE.
También imparto clases de Teoría de la Música, algo que junto al Solfeo, es un aspecto fundamental en la buena formación de un músico, como ya te comenté en la anterior carta. En el prólogo de los nuevos cuadernos de Teoría (Ibáñez - Cursá) se dice lo siguiente: “La intuición musical es imprescindible para un buen músico, pero éste (el músico) no será completo si no posee el dominio de la técnica musical, Y LA TEORÍA FORMA PARTE DE LA TÉCNICA”. Cosa que algunos profesionales olvidan claramente ya que creen que la única “técnica” que importa y la única que hay que tener en cuenta es la técnica instrumental. Pero claro, sería muy difícil imaginarse un curso de verano (en la piscina o en la playa, por ejemplo) con los libros de la Teoría, jajajajajaja. Tan difícil como imaginarse un curso de verano sin el preceptivo botellón. Es una lástima que no se le dedique el tiempo suficiente a esta materia, me refiero a la Teoría (que para el baño y para otras cosas mucho más excitantes, seguro que tiempo no va a faltar). Y en el Grado Elemental y en los primeros cursos del Grado Medio, se debería incidir muchísimo más en este apartado.
También imparto Clases de Repaso, ya sean de la Escuela de Música y del Conservatorio. Y también, cómo no, de Primaria y Secundaria. En general, imparto clases de casi todas las disciplinas que estén relacionadas con la música. [Con la excepción de aquellos instrumentos musicales de los que no dispongo de conocimientos suficientes.] O sea, que todas aquellas personas que quieran aprender algo de música, creo que mis clases pueden ayudar bastante bien a la formación musical de esas personas. ¡Ah! Se me olvidaba. También dedico un tiempo a las Audiciones Musicales, las cuales son importantísimas para desarrollar la sensibilidad musical, entre otros muchos aspectos. Al final de estas líneas te he puesto un ejemplo muy significativo de lo que suelo poner en estas clases. Pero creo que de ello te hablé muy extensamente en mi artículo 11 DE SEPTIEMBRE y ESCUELA SE ESCRIBE SIN H, entre otros muchos escritos.
Pues esto sería más o menos a grandes rasgos lo que oferto en estas clases. Así que, las personas que estuvieran interesadas en mis clases de verano de este año, pueden elegir cualquiera de los 4 turnos o fases siguientes:
Fase A. 1ª Quincena de Julio. Lunes 4 a Viernes 15 de Julio.
Fase B. 2ª Quincena de Julio. Lunes 18 a Viernes 29 de Julio.
Fase C. 1ª Quincena de Agosto. Lunes 1 a Viernes 12 de Agosto.
Fase D. 2ª Quincena de Agosto. Miércoles 17 a Martes 30 de Agosto.
Es decir, que pueden inscribirse en cualquiera de estas fases. Es importante decir también que cada turno o fase consta de 12 horas (10 horas serán lectivas y 2 horas se dedicarán a las audiciones musicales). Las 10 clases lectivas son individuales (1 hora por cada día) y corresponden a los días de lunes a viernes. Las 2 clases para audiciones musicales se desarrollarán el mismo día. Estas 2 horas son, en un principio, colectivas. Y corresponderán a los sábados: 9 de Julio [Fase A], 23 de Julio [Fase B], 6 de Agosto [Fase C] y 27 de Agosto [Fase D]. El sábado 20 de Agosto y todos los domingos incluidos en las fechas no habría clase. Y el precio de cada fase será de 50 €. De todos modos, para una mayor y mejor información, solamente tienen que contactar conmigo, ya sea a través del teléfono de casa, móvil, correo electrónico o de cualquier otro manera. Incluso, personalmente, por supuesto. Quien esté interesado de verdad, no tendrá ningún problema en localizarme.
Así que, a ver si tú misma, Hannah, te animas a inscribirte en alguna de estas fases, ¿vale? Creo que puede merecer la pena. Por cierto, he dejado también toda esta información en el Tablón de Anuncios de Los Pekes, pero simplemente para ver si nuestro “amigo” marciano tuviera algo que decir al respeto (perdón, quería decir al respecto). Si no te importa, pregúntaselo tú misma. Y dile además, que si quiere darse una vuelta por allí, estoy seguro de que nadie tendrá ningún inconveniente en recibirle. Y que lo van a tratar también con “muncho” o “munchísimo” RESPETO. Por lo menos, mucho más de lo que ha tenido él al tratar a algunas otras personas. Un abrazo, Hannah.